La mayoría de las personas ni siquiera saben lo que hace un consultor de atención geriátrica y mucho menos si lo necesitan. Los consultores de atención geriátrica pueden ser muy importantes en muchas circunstancias diferentes.
1. Para muchos niños que no viven en la misma ciudad o tienen horarios extremadamente exigentes con poco tiempo adicional, es posible que necesiten un consultor geriátrico con experiencia para ayudarlos a navegar por las necesidades de sus padres. Algunas de esas necesidades pueden ser de naturaleza médica, como: acompañarlos y estar allí para consultas médicas importantes; contratar cuidadores u otro personal de apoyo; supervisar a los cuidadores y dirigirlos; determinar las necesidades médicas y encontrar los médicos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, dentistas, etc. apropiados. Un especialista en geriatría puede proporcionar informes precisos de información vital para que los niños puedan tomar decisiones informadas con respecto a sus padres. Los consultores geriátricos también pueden dar consejos sobre asuntos financieros. Pueden remitir a los niños a abogados y contadores que tengan la experiencia adecuada para cada circunstancia. Si es necesario un asilo de ancianos o una casa de retiro, un consultor geriátrico puede indicarle los correctos. Si quedarse en casa es la opción preferida, un consultor geriátrico puede ayudar a adaptar el hogar para enfrentar los desafíos físicos que se deben enfrentar.
2. Hay casos en los que se le pide a una persona que sea un poder notarial (POA, por sus siglas en inglés) o un tutor legal para una persona de la tercera edad o discapacitada o que no sea miembro de la familia. Un consultor geriátrico puede dirigirlos a los profesionales adecuados que pueden asegurarse de que todos los aspectos se ejecuten correctamente.
3. Resolución de conflictos. Muchas veces hay conflictos entre los miembros de la familia en cuanto a la dirección del cuidado de su ser querido. Otras veces hay resistencia por parte de la persona que necesita cuidado para aceptar el cuidado. Un consultor de atención geriátrica con experiencia puede ayudar a negociar, arbitrar y brindar resolución y claridad a estos dilemas.
4. Abogacía. Hay momentos en que un ser querido está en un centro como un hospital o un hogar de ancianos y necesita que alguien lo defienda y se asegure de que se aborde su necesidad, especialmente si no hay familiares o ninguno en la misma ciudad. Tratar con compañías de seguros u otras obligaciones financieras puede ser difícil, especialmente cuando se debe tomar una posición fuerte. Un consultor geriatra puede abogar de manera efectiva por la persona mayor, con la esperanza de llegar a una conclusión justa.
5. Apoyo general y compañerismo. A veces es reconfortante tener a alguien con experiencia y conocimiento para hablar cuando se toman decisiones sobre el cuidado de un ser querido.
Muchas decisiones de atención son precipitadas por una crisis o un cambio repentino en la salud de un ser querido. Eso puede ser lo suficientemente estresante. Siempre es bueno tener un profesional experimentado y sensato trabajando junto a usted para asesorarlo, ayudarlo, coordinarlo y tranquilizarlo en esos momentos.